viernes, 20 de marzo de 2009

Diario: Quiero ser escritor. Persiguiendo un sueño en el día 2

Afuera llueve muy tenue. Diviso nubes vaporosas sobre el asfalto ,cuando son las cinco y media de la madrugada. Llevo desde la medianoche quemándome la vista. Hechizado hasta yo mismo por las once páginas de manuscrito redactadas. Siempre fui lechuza, búho y murciélago. Y si no es porque estoy vivo , podría convertirme en Blade, aunque sin ostentar la musculatura de Wesley Snipes. Nunca me gustó dormir, menos de noche. Te has parado a pensar que un tercio de la vida lo pasamos durmiendo. Otro trabajando – si tienes suerte y tu jornada es de ocho horas- ,con lo cual, si al menos no somos dados a soñar dormidos- recordar lo soñado- , y nuestro trabajo es una esclavitud ,en vez de un placer: nos queda un tercio para vivir intentando hacer lo que deseamos. No siempre se consigue. Da la impresión que la noche me calase hasta los huesos de pragmatismo militante . Cierto, es una realidad como la catedral de Burgos.

La noche posee un influjo hipnótico sobre mi consciente difícil de explicar, puesto que son sensaciones algo contradictorias, pero lo intentaré. Se detiene el tiempo por completo, solo el repique continuo y mecánico de cientos de pulsaciones bajo las yemas de mis dedos, irrumpen quebrando el silencio de la oscuridad. Alguna vez – dos en concreto- , he tenido trabajos nocturnos . Empleos en época de exámenes, libros y apuntes, los cuales la necesidad no pudieron rechazar, me costó mantenerme despierto e incluso de uno de ellos me despidieron a la semana por no velar guardia y dejarme engatusar por Morfeo. Al mismo tiempo, los vellos incrustados en la piel se despiertan con algún pasaje tenebroso de efecto asustadizo si se mezcla con algún ruidillo sospechoso. Luego, las palabras de transeúntes con alguna copa de mas bajo mi ventana me alivia.


Ahora es diferente, puesto que la felicidad por poder llenar hojas y hojas, unas tras otras, no tiene parangón. Reconozco que ayer me hostigué toda la tarde por no haber tocado el manuscrito durante mi viaje a los orígenes. Me he prometido que el próximo martes, cuando ponga rumbo a Barcelona, escribiré desde que suba al avión aunque me lleven atado de un ala. La satisfacción de ver como Sebastian, Hipólito o el enigmático Genaro Valenzuela Berlanga me suplican que no les abandone, no tiene desperdicio – ni precio, en comparación con una visa cargada-. Todos ellos están sumidos al igual que yo, en una historia que avanza irremediablemente, por suerte. A veces me cuesta cerrarles la boca, o detenerlos en un determinado punto del Madrid en época de transiciones, carruseles domingueros y armamento propagandístico. La imprenta de los Hermanos García era un lugar donde un tirano menor ejerce la opresión con el protagonista de la historia.... perdonad mi recelo, pero es que aún no puedo contar más, todo a su debido tiempo, no pienses que intento camelarte. A veces, se que hasta la historia traspasa la ficción metiendo medio brazo en la realidad y sujetándome a mi mismo del albornoz. El pelo me crece sin que me plantee de momento acudir a darle forma y entre una cosa y otra me viene a la memoria –salvando las distancias- un loco novelista en busca de una ventana secreta. ¿ Quién ha visto la peli ?. Es pasable. Aunque si tuviese que elegir una historia del rebelde por antonomasia me quedo con una de tijeras a lo freddy kruger , la historia del jinete de la cabeza cortada o.... déjame pensar, ya, si, si ¿ Habéis visto Quien Ama a Gilbert Grape? . Si alguno aun después del último año de Leonardo Di Caprio, osa pensar que siempre fue un guaperas sin talento, como incluso he llegado a leer, cambiará de opinión si ve este filme. Al igual que otros muchos, pero aquí, la interpretación podría ser equiparable, a la sorprendente – para muchos- , de otro caso similar como el de Brad Pitt , en 12 monos junto al duro Bruce.


Dejemos a un lado el séptimo arte porque no son horas de ver pelis, -realmente siempre es buena hora, si es bueno lo que ves - y volvamos a las letras.


Las agujas del reloj quieren acelerar y alcanzar las seis, cuando la diana preestablecida que llevo en la cabeza – y mi vejiga-, me suelen despertar, dejándome los ojos como platos de pizza en un milisegundo. Hoy el plan es diferente, aguantaré un poco más si puedo, y si no bajaré a inyectarme en vena un chute de cafeína.


Quede dormido o no, no creo que mi cuerpo aguante sin ella mucho mas de las nueve de la mañana.


En efecto, no aguardó en espera. Ahora a la aguja mayor del reloj sobre la esfera del café de época ,le resta un cuarto para mirar al cielo junto a diez campanadas. Mi mecedora yace solitaria en el rincón. Al fondo del local. Perseverando para que juegue con ella y me balancee de nuevo para tomar impulso y caerme del bote ,seguir nadando en la travesía hasta que el cuerpo diga basta. Tropezar y entrar de bruces en el arte de la ficción, como dijo el malogrado John Gardner, del que aprendí tantas técnicas. Gracias primos por regalármelo – los deseos de la primera página serán concedidos-.


Anoche, después de estar un buen tiempo navegando fuera del agua por el ciberespacio - leyendo el blog de un amigo y diversas otras cosas-, me retiré con la intención de ponerme al tajo después de ver Red de mentiras, - lo último del magnífico Ridley Scott, con Di Caprio y Crowe. Perdonad, me salto el guión y caigo de nuevo en la gran pantalla, en este caso pequeña. Lo que haré es ir creando algunos artículos sobre cine, ¿ que os parece ?. Bueno, lo que os decía, antes de pensar en hacer eso, de forma sorprendente, el camino recorrido discurrió muy cercano de la idea que manejaba antes del almuerzo de ayer.

Escondiendo un poquito la ingenuidad , regrese sobre las ocho a el Teatro Leal, me acompañó una densa niebla, y subiendo por la calle carrera –esta vez a paso parsimonioso- refugiándome bajo las cornisas, fachadas y toldos. Cuando miré a la torre de la concepción y oí hablar anglosajón a unas chicas que llevaban pinta de Erasmus, creí haber saltado a un pequeño Londres en miniatura. No era el Big Ben, ni la catedral era el Parlamento Británico, el Támesis se perdió y ni siquiera –con la que caía- hubieron riachuelos de humanidad. Por cierto, ni una localidad. Solo función única el día 19. Para la interpretación de esta noche también está todo el papel agotado. Para que luego digan que la cultura en Canarias no se mueve. Más se movería si los acontecimientos fuesen magnos. – Sin decir que lo del ciclo del Leal no lo es, ya me entendéis.


Pues como comentaba hace un ratito, mas bien un buen trecho, al fin la peli se quedó muda dentro del reproductor y yo salí un instante a tomar un..., una crema de Whisky – mejor sin Publi-, con un amigo que me he encontrado estos días en la ciudad. Terminé encontrando unos cuantos amigos mas y solo el remordimiento me obligó marcharme a la hora escasa de estar en el cuadrilátero. Estoy por una parte contento, porque me enfrentaba a el reto de medio capítulo correspondiente a un núcleo muy importante de la trama. Creo que quedó incluso mejor de lo que esperaba. A estas cosas, me refiero cuando hablo de la noche. A veces, no se si es el estimulante del café mezclado con la liberación de adrenalina en la penumbra, pero las ideas, diálogos y narración ,fluyen como el agua que cae desde el Salto del Ángel. Miles de neuronas en ebullición de un lado a otro chocando con la corteza cerebral- perdonad, no tengo mucha idea de medicina, alguna minúscula de psiquiatría-. Ahí , en ese punto, solo tengo que atraparla una a una a la velocidad de la luz. Da la impresión, cuando desconecto algunos segundos, que me he convertido en Hyde y que este cuerpo no es mío. Afortunadamente la sorpresa tiene una lectura positiva. Ya habrá tiempos para bloqueos y alzheimers.


Bueno, me voy a ir despidiendo ya, voy a crear una entrada de citas para reflexionar , me gustaría que tu escribieses las tuyas insertándolas como opiniones, y que opines de las de todos los demás. También intentaré colgar en otra sección, alguna poesía que tengo por ahí en un cajón, dentro de una libreta del instituto. Por cierto Alexis, compatriota, jajaja, si lees esto, ya estás tardando en mandarme alguna, o colgarla tu mismo. Aprovecha el fin de semana al doscientos por cien y....se Feliz o al menos inténtalo, cuidado con mezclar copas y curvas... – de la carretera- , jeje.

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