jueves, 19 de marzo de 2009

Diario : quiero ser escritor. Persiguiendo un sueño en el día 1

Lo cierto es que mucha gente me diría : “como es posible que te levantes a las seis de la mañana para enfrentarme a la pantalla en blanco, en el estado en que anda tu cabeza en estos momentos de tu vida “. Lo siento, pero es el primer día y... ni siquiera creo que el día que este blog muera , relatase lo que me ocurre. Ya lo dije ayer.

Simplemente te diré que coincido con Antonio Banderas. Un día afirmó en una entrevista que le hicieron en una revista de tendencias: “la inspiración también nace del dolor, de la incomprensión y del sufrimiento”. Eso dijo, literalmente. Yo le añadiría lo que mencionó Javier Fesser , al recoger uno de sus Goya este año por Camino : “ Creo que es imposible realizar ningún tipo de arte ni no es desde el sentimiento. Al fin y al cabo, tanto el actor malagueño , como director capitalino -su película basada en una cruda realidad, la recomiendo ver-, vienen a decir lo mismo, con diferentes palabras, y desde perspectivas situadas en dos extremos opuestos.

Hoy el alba despuntó húmeda, así la observé desde el cristal de mi habitación okupa. No estoy lejos de casa y al mismo tiempo estoy a años luz. En la ciudad de La Laguna , todo parece vetusto, reminiscencias arquitectónicas de tiempos ricos en artísticas fachadas. Aunque en la zona donde resido- no por mucho tiempo -, no vive un gran pasado. Un paseo matutino de casi una hora hasta alcanzar a vislumbrar las calles mas añejas terminó de desperezarme. Perdí de vista el nuevo tranvía que me alertó a no cruzar la vía con una campana que evocó unas leves campanas de otra época pasada. El convoy se deslizaba como una serpiente de cascabel bajo la catenaria, mientras sus pasajeros intentaban dilucidar si el cielo dejaría de llorar.

Después de leer toda la prensa que me permitió, el primer café del día por tan solo setenta céntimos, vuelvo a la Carrera con paso.... ya lo he dicho. Esta noche a las nueve hay una función el remozado Teatro Leal y me hubiese gustado ver como lo han dejado, claro que lo importante es la nueva obra de Antonia Sanjuán, pero...está cerrado . El último diario local que ojeo y hojeo al llegar a mi refugio de época y perderme en la mecedora, me cuenta que no hay localidades. Ninguno de los que he leído dice si es función única la de hoy a las 21 horas. Tiene delito pasar por alto la información.

En una hora terminaré los dos artículos que colgaré esta tarde en el blog. Los corregiré en diez minutos mientras te cuento que son las once y media y es la hora de saludar a Morfeo y calentar para luego sumirme en el sueño, en el Albergue. El tiempo pasa deprisa, demasiado deprisa, es agradable y desconcertante a la par. Lo siento, pero disfruto de la incongruencia de algunos juegos de palabras, no se si soy así por naturaleza o me siento así, creo que va a ser lo primero.

A partir de ahora todo lo que te cuente no habrá pasado para mí y si para ti, si lo llegas a leer esta noche. Aunque son demasiadas veces las cuales decido hacer algo o ir a algún lugar y termino haciendo todo lo contrario. Me encantan los relojes. Tengo unos cuantos y no me pongo ninguno.

La historia de mi novela la retomo después de llevar algunas semanas sin tocarla. Aunque no hubiese sido fácil escribir, entre otras razones porque estaba de viaje, para ver a un familiar enfermo ,el cual gracias a la vida esta ahora bien. Final feliz, aunque no sin mucha suerte. Gracias caprichoso destino.

Lo cierto es que aún así , me reprocho no haber sacado tiempo debajo de las piedras. Pude robarlo a la luna llena y no lo hice porque mi cuerpo no daba para más desde que caía el sol. Yo siempre fui un noctámbulo y podría ser o hubiese sido un vampiro en Transilvania en otra vida.

Tenía miedo incluso de que el archivo se hubiese dañado- solo tengo una copia de seguridad en una triste memoria flash- , no se abriese o incluso me lo hubiesen robado por desatendido. Pero no, sigue aquí. Intacto, tal cual lo dejé.

Pues eso, vamos al futuro , serán no menos de las tres de la tarde cuando me levantaré de la mecedora, aborde el diminuto esquife de apoyo y ya no divise la costa. Iré a mandar a callar el rugir de mis tripas, y a despejar un rato la cabeza. No se ni donde. No me olvidaré de permitir que puedas leer esto, es un compromiso y soy hombre de palabra. Y al caer el sol, como no tengo ni un mísero padrino, o forma alguna de acceder al teatro por enchufe de 500 voltios, ya veré a que me dedico. Por aquí desde hoy jueves no faltan divertimentos aunque no son dias divertidos. En casa me esperan dos películas que no he visto. O las veo y pago el recargo o me viene a buscar la policia. También tengo un efímero sentido del humor.

De eso mismo hablaba con uno de los dueños de la cafetería hace un instante: no hay tiempo para todas las inquietudes de las almas inquietas.Serán las tres de la tarde y dejaré descansar a mis personajes un rato, ya me iré chivando sus nombres por el camino. La verdad es que me caeré de lleno mas horas de las que pensaba, solo sustentado con un chute de cafeína. Pero será hora de desentumecer huesos, músculos y articulaciones, ver la luz del sol si acaso está afuera ,y ya veremos como trascurre el resto del día... y la noche, cuando vuelva al Albergue. Ah, por cierto, el título de la novela....ya te lo he dicho, hasta aquí puedo leer, decía Maira Gómez Kemp.

Disculpad la brevedad, pero me tragó la ficción, y no tengo mas tiempo hoy. Mañana seguimos y prometo los primeros pasajes –eso sí, aún no corregidos- de la historia. Se Feliz. Mañana, previo a que te desmelenes – si no eres afortunado por disfrutar del puente de San José- el fin de semana, te contaré que guión seguí el día en que el alba despertó húmeda. Se Feliz, o inténtalo al menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario