viernes, 24 de abril de 2009

ABRE LOS OJOS

Tengo los ojos abiertos y caí HOY en que no debió ser cierto...

...Estaban mintiendo, por no decir al menos uno muerto

En la vida, a palabras maliciosas..... anónimas y ajenas... No hay que tenerles nunca pena

Aunque las de los que queremos nos maten cual nicotina inyectada en las venas

Un día despiertas, ya no es nada igual como antes era

Alguien apagó la luz dejándolo todo oscuros y a mi en vela

El tiempo remienda o cura heridas, hasta las que son como digo ajenas

Y para entonces mis ojos estarán ya abiertos de veras

Abro los ojos hoy mas que nunca, y algún día tu que lees ...comprenderás que no te gusta

Entonces el perdido/a serás tu mismo

Yo seré feliz...y tu caerás en el gran abismo

Ojala no lo hicieras y no te lo deseo

Pero la vida es asi para los que son reos...o ciegos.



César Morales Fernández. 24-05-09. Lo del título de la pseudopoesía y el film del genil Amenábar es pura coincidencia,jejeje.Debeis ver esta peli, antes que vanilla sky,remake hollywoodiano con superstars...aunque también esta bien,por algo será. Aprovecho para saludar al nuevo seguidor, y miembro de esta bitácora.....espero que te guste...humildemente...va por ti maestro.

Hasta el Lunes.

jueves, 23 de abril de 2009

Estan a punto de darme el alta. Esperadme unos dias

Pensareís que soy un impostor , nunca digno de aspirar a comunicar con el don de la palabra. Desechad de inmediato esa idea. He estado nadando ya muy lejos de Costa Esmeralda, y os entregaré el lunes ,un gran resumen. De como he salido del accidente que me mandó a la uvi, ya hace algún tiempo. Unas semanas. No os asusteis, es solo la uvi de los sentimientos. No la del hospital.
Mi cura ha sido mi albergue, el comprobar que algunos queriais mas, mientras yo me sumergía cada noche entre mi montaña de papel y pantallas de cristal liquido. Me han puesto un byepass ,de los mejorcitos del mercado.A partir de ahora llamare a cada cosa por su nombre. El Martes volveré a mi refugio de época, a reencontrarme con mi mecedora. Allí todo es mas fácil, de verdad. El origen de la felicidad era incierto y tornó a muerto mientras pensé en contar estrellas en el cielo eternamente y duré cinco dias.Incluso me creí aguardando la venida después del día del juicio final. Entre la Uvi, las zancadillas que me ponen por el camino en mi vida banal , y el cielo estrellado que se vino abajo, nada en los origenes y en ningún lugar conocido es lo que era. Solo mi albergue-mi amiga- me salvó, y me salvará cada noche junto al flexo. Nunca me rendiré y menos harán que me rinda en nada en esta vida....estais avisados, luego no digais que no lo sabiais.Además ,regreso de inmediato y me levanto a cada golpe. Yo el Lunes, Martes a mas tardar continuo mi travesía junto a vosotros.Gracias a todos, incluidos los primeros seguidores de esta bitácora que nace en tiempos de crisis en todos los sentidos. Pero de las crisis y del sufrimiento...nace la mayor de las inspiraciones ,siempre, en mi.Hasta dentro de unos dias, buscad la felicidad, que para sufrir ya estoy yo.

jueves, 2 de abril de 2009

Diario persiguiendo un sueño. Resumen de una semana. Perdido en la gran ciudad


Antes de que ni siquiera el lápiz roce el papel, me retracto ante vosotros pidiendo disculpas, por desaparecer de mi refugio durante tantos días. Andaba perdido en el puente aéreo. Entre la Atlántida y la península Ibérica ha discurrido mi semana. El presupuesto aún no alcanza para dotar a mi vetusto portátil, de propiedades inalámbricas que lo mantengan en contacto con la civilización cibernética. He intentado construirme uno , remozándolo con un artilugio con el cual ,un día me dijeron en la tienda que podría conectarme. Bueno , dejémonos de palabrejas y acerquémonos a un mero tecnicismo informático, que el que suscribe conoce a la perfección. No en vano, estudie informática unos tres años. El caso es que tengo un adaptador wireless del tamaño de un pendrive. El chisme se conecta al puerto usb del portátil. Pero mi viejo compañero de viaje, esta suspirando que lo tire a la basura como si fuese jirones sucios. Para colmo de males, basta con mover el ordenador ínfimamente, para quedarme de nuevo a oscuras. Esto, unido a que la bateria murió hace tiempo y debo estar permanentemente electrificado a los doscientos veinte voltios, me pone las cosas demasiado difíciles. Así que opté por ir desgranando mis locuras sobre mi vieja libreta de instituto o guardándolas en la memoria flash, para poder entregároslas a partir de hoy. Como los restos de migas de pan que se dejaban en las veredas de los cuentos infantiles, para que el personaje protagonista pudiese regresar a casa de entre el bosque.
Pues eso, que he estado vagabundeando por la ciudad condal entre mimos, estatuas humanas y puestos de flores multicolor. A la sombra de la Sagrada Familia, mezclado entre antibolonias y Mossos D`Scuadra, aunque permaneciendo impasible en la media distancia. Observando y analizando la situación.
La estampa de Barcelona que me he encontrado, no dista mucho –es casi idéntica- ,a la de hace diez años - demasiado tiempo sin volver a ver esta maravillosa ciudad-, con la única salvedad de la torre Agbar asomando en la distancia, en el horizonte de la avenida Diagonal como un pepino primaveral multicolor. Se cae de maduro el que habrán cientos de nuevos comercios diferentes, nuevas gentes – de similar aspecto- , nuevos turistas, que en el año 1999. Sin embargo, el portal del Ángel sigue en el mismo lugar. Los foráneos siguen teniendo que preguntar para encontrar Les Cuatre Gats ,en el callejón perdido de un extremo del barrio Gótico y ni la catedral de la ciudad, la Pedrera, casa Batlló o la plaza Sant Jaume se han movido de lugar.
He estado solo. O casi solo. Perdido. Dando paseos interminables entre la Barceloneta, el puerto , el barrio gótico y el Raval. Atravesando cada mañana y noche Barcelona desde casi el Parque Güell a Plaza Catalunya, a veces hasta el mar . De arriba abajo. Entre otros rincones que redescubrí, estos fueron en su mayoría, los destinos preconfigurados en el gps de mi cabeza. Porque aunque a veces creo que estoy perdido - cada vez menos-, no comprendo como puedo tener casi memoria fotográfica como para encontrar un lugar por donde un día pase hace diez años- recorriendo idéntico camino que el de entonces-, sin perderme físicamente. Sin salirme de un mapa que pedí en el Prat y quedó olvidado en casa cada día.
En mi vida cotidiana, tengo que hacer verdaderos esfuerzos mentales para si me preguntas que almorcé hace dos días, contestarte con certeza. Mi amiga psicóloga me dice que tengo muy desarrollada la parte del cerebro encargada de trabajar con los recuerdos. Aunque no lo diga, yo creo que la otra parte la tengo bastante atrofiada. Incluso seguro – dios no lo quiera- , el día que llegue a viejo – si realmente tengo la suerte de llegar- , seguro me caerá encima la desdicha del alzheimer , o alguna rareza de enfermedad que me desmemorie.
Hice el Tour “ La ciudad bajo los ojos de Carlos Ruiz Zafón”. Es un Tour que me inventé yo. No el que han preparado para los turistas desde el exitoso fenómeno comercial de la Sombra del Viento y a posteriori, el Juego del Angel. Obviamente aquel exige pasar por caja y agruparse como hormigas tras la guía. Aunque los escenarios barceloneses de las novelas del escritor catalán – ahora también ya angelino-, no son exclusivos de sus dos últimas obras. Preguntad por Marina, a mi me gustó. De hecho, a mi Ruiz Zafón me gustó desde que leí la primera edición del Príncipe de la Niebla, su primera publicación. La encontré , después de creerla perdida y la conservo en un cajón de mi habitación infantil en casa de mi familia. Por aquel entonces- cuando contaba yo con quince años-, me fascinó la historia y el entrañable recuerdo que dejaron los Carver en mi infantil cerebro. Aún no habían tours y aunque Zafón Ganó el premio Edebé en 1993 con esta novela juvenil, lo cierto es que quizás no muchos la conocían hasta la reedición por parte de Planeta.
No se como se denomina el Tour turístico, ni los lugares que ocupará su recorrido, supongo que similares a los que yo visité en soledad. No se ni donde se compran los tickets. El mío lo he bautizado en estos precisos instantes, con lo primero que me ha rozado el consciente. Mi tour comenzó por las calles del Raval. Por la la zona más antigua, por momentos miré al cielo entre callejones, fijando la vista luego en las vestimentas colgando de las fachadas, teñidas y salpicadas de mil colores. Intenté cerrar los ojos- casi me doy de bruces con un armario inglés de dos metros- , y trasladarme en la máquina del tiempo , mas de medio siglo atrás. Imaginé al joven amigo del acaudalado Pedro Vidal, paseando sus miserias entre fulanas y maleantes, intrigado por la aparición en su vida de un enigmático ángel demoníaco. Hoy es difícil caminar sin escapar a las miradas furtivas y escrutadoras de los habitantes del reino moro. Sin ánimo de ofensa alguna, es solo una expresión.
Paseé por la calle Santa Ana y el portal del Ángel intentado reencarnarme en Daniel Sempere o Barceló. Caminé por la sombra entre los ángeles del portal , la Plaza del Angel y La via Laietana. Entré en la Iglesia de Santa Maria del Mar , dando un paseo desde la puerta de entrada principal al púlpito y el atril desde donde predica el sacerdote. Visité sus capillas y encendí una vela para acordarme de alguien que me acompaña.
Me perdí por el Borne , pero no pude entrar en el mercado. Estaba cerrado por reformas. En su lugar, me fundí entre el amasijo de hierros monumentales de la excelente e impresionante techumbre en la estación de Francia. Soñé partir hacia París. Me senté en el andén uno, pero se me escapó el tren mientras recobraba el aliento. Estaba exhausto . Obnubilado y perplejo pasé un instante contemplando la tersa piel de Clara Barceló, sin fijar mis ojos en los suyos, ciegos ,perdidos. Escapando a la mirada de soslayo que me remitió el granuja de su tío Gustavo . No Pude viajar e ir a buscar a Julián Carax . Cuando iba encaminado hacia la salida, me percaté de que había alguien tan perdido como yo, en un banco del andén cuatro. Al fondo, junto a la pared, bajo el reloj. Me acerqué lentamente, contemplando como se buscaba la punta de sus veteranos mocasines. Me incline, permanecí en cuclillas y le saludé. Le dije que nadie se pierde eternamente. Ese chico era Oscar Drai.
De vuelta a las Ramblas, zigzagueé reptando como una cobra entre la muchedumbre, hasta cruzar el paseo y reponer fuerzas en el mercado de la Boquería. Salí impregnado de olor a bogavante, perdices y aromas frutales para tomar – como cada día- , un expresso en el café La Xerinola - el mejor que tomé, y casi el más económico - y pensar. Nunca he pensado tanto en la vida. Tengo el coco fundido y no me restan megabytes de almacenamiento. Ni memoria virtual temporal. Por momentos regresé para dar algunas brazadas a Costa Esmeralda. Me zambullí y buceé en los momentos de cordura y calma hasta volver al esquife. En una pequeña libretilla con escasas hojas primero y hasta en servilletas cuando las primeras se acabaron , tomé el puente aéreo hacia el Madrid de la postguerra civil. Paseé de mano junto a Genaro, Poli , Julieta y Arturo encarnado en la piel de Bastian. Recorriendo la calle Fuencarral, Barceló, Gran Vía, Atocha y la Plaza Santa Ana.
Anteayer, el puente aéreo lo tomé dejando la ficción de lado, y aterricé en el Madrid contemporáneo sobre media tarde. Dejé mis pertenencias en una consigna de Barajas y disfruté de la escala de diez horas que me concedió irónicamente mi bondadoso billete bajo coste – no llegó a cien euros por cuatro trayectos-, para pasear de nuevo – por primera vez desde que escribo esta novela- , por los múltiples escenarios donde todo se desarrolla en la mentira toda la trama, hace unos cincuenta años . Deambulé en la madrugada, solo y creyendo que el oscuro fantasma aparecería.
Pasé una noche fría perdido por el centro de la capital del reino. Llegué desde el aeropuerto sin salir a la superficie, emergiendo en Plaza de España. Alcancé a capturar los últimos rayos de sol caídos desde las alturas, entre los edificios de la calle de mis sueños. La calle que nunca duerme, ni espero que lo haga. Donde – si no llevas reloj- , no atisbas ni a discernir si son las diez de la noche o las cuatro de la madrugada. Donde no sabes si es hora de dormir, porque la calle te invita y retiene, sujetando las suelas de tus zapatos con sus garras . Intentando atraparte en el teatro Movistar o el Palacio de la Prensa.
Sobre medianoche me acerque a la Real Casa de Correos – Puerta del Sol-, me tumbé en un banco y allí estaba él. Oscuro y en penumbra, ya no llovía, ya sabréis de quien hablo. Pronto os lo contaré.
No se ni que hora era cuando casi me sacan por la pechera del vips de Gran Vía. Nunca un Café con leche fue menos rentable para ellos, aunque por el precio debería serlo, aunque hubiese estado sentado allí mil años. Alterné lectura y ciberespacio hasta que me perdí del local. Solo decir que lo prefería antes, cuando únicamente dormía escasos minutos para acicalarse y repartir la primeras dosis de cafeína al alba.
Fui a parar a un bar de Huertas a tomar una coca cola. Allí habían una centena de personas hablando, bailando y tragando copas en torno a un photocool ,el cual rezaba : www.svarmoder.com . Acabé charlando con Paco , el director del corto – el resto era el equipo al completo que celebraba la finalización del rodaje , montaje y estreno- era la estrella de la noche estrellada . Su fiesta era privada pero me colé sin saberlo, cuando solo quería una coca cola. Me colé hasta el fondo, a bailar en el “Hoy no me puedo levantar” al ritmo de la batuta de Nacho Cano, aunque la coca cola era solo para mí, allí el resto del Drinking tenía mas grados que los que marcaba el termómetro. La culpa fue del de seguridad, que ni me preguntó. Pero bueno, hablé con Paco , el director, con la productora y hasta con el del foco. En la red de momento se puede ver esta obra un tanto de tinte gore, según me dijeron. Aún no he tenido tiempo de visionarla.
Le doy las gracias desde aquí por su ofrecimiento y si algún día decido en firme escribir algún guión- lo cual es algo que siempre pensé- , pasaré a visitarle como le dije y me propuso.
Esto es a grandes rasgos, aunque no mi principal cometido- el cual no puedo decir-, de haberme perdido en todos los sentidos estos días. Os lo dije antes, lo avisé. Espero que regreséis , porque no os he quitado ojo de encima y se que alguno se ha perdido también un poco, y me refiero a otra acepción de la palabra. Algo lógico por otra parte, si como ha sido el caso no ha habido nuevos contenidos. Desde hoy, desde mi mecedora de otra época, vuelvo a estar por la Atlántida con la mente puesta en el océano . Cercano a las costas de Costa Esmeralda, vaya la redundancia. Estoy preparando como entregaros al menos ,el primer capítulo de mi novela. No voy a teneros mas a con los plomos bajados. Sed Felices, no os perdáis. Yo estaba perdido en la gran ciudad, entre el puente aéreo, pero he regresado.Hasta mañana, estaré en otro lugar, pero igual de cercano a vosotros que hoy.